Mi madre tenía una planta Monstera dentro de nuestra casa, que llegaba hasta el techo. Siempre se me hizo de una belleza única, algo totalmente exótico para mí (crecí en Santiago de Chile y esta planta en el sotobosque tropical).
Es un diseño resiliente, capaz de recibir grandes aguaceros, vientos fuertes, temporada seca y mantenerse entera, hermosa y de pie.